Chistes de mariquitas
Mi comienzo de año no ha sido la monda, teniendo en cuenta que mis amígdalas han crecido hasta convertirse en dos pelotas de tenis, ahora ya puedo decir con toda la propiedad del mundo lo de «¡me tienes hasta las amígdalas!». Así que a estas horas todavía estoy en bata y con los rulos.