A la hora de las inversiones, empiezan los miedos: ¿Cómo, cuánto y dónde?

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4 min readFeb 4, 2020

Llegamos a un punto importante en la vida de nuestro emprendimiento.

Ya tenemos un camino recorrido en el que nos preparamos para emprender (o por lo menos intentamos dejar todo listo para lo que nos enfrentaremos), aprendimos algunas técnicas para contar nuestra idea y tener un pitch atractivo, también vimos herramientas para validar nuestra propuesta de valor y el modelo de negocio; y, no menos importante, propusimos una serie de ejercicios para salir y probar la idea en la calle.

Una vez que pasamos todas estas etapas, llega el momento de plantearnos algunas formalidades para empezar a hablar con potenciales inversores.

¡Ojo! Si bien hay que tener en cuenta algunas cuestiones, no siempre debe ser un tema prioritario en la agenda porque podemos atentar -casi sin querer- al proceso de innovación que tanto nos interesa incentivar. Sin embargo, es normal que nos ataquen las dudas.

¿Por qué algunas startups tienen éxito y otras fracasan?

Bill Gross, fundador de Idealab, reunió cientos de datos de nuevos emprendimientos y se dispuso a responder esta pregunta. Luego de una extensa investigación, clasificó a cada compañía en cinco factores claves: IDEA, EQUIPO, MODELO DE NEGOCIO, FONDOS y TIMING.

Si bien estos elementos están presentes en todos los emprendimientos hay uno que se destacó: el timing. ¿Por qué? En su análisis, Gross descubrió que el momento en el que un nuevo emprendimiento salía al mercado (timing) representaba una brecha del 42% entre el éxito y el fracaso. El equipo y el modelo de negocios ocuparon el segundo y tercer lugar del podio imaginario, luego la idea. El último puesto fue para los fondos.

Ahora bien, si cuando arrancamos con un proyecto el timing lo es todo, ¿cuándo se le debe dedicar tiempo a preparar la estructura necesaria para que el emprendimiento escale? ¿Qué necesito a la hora de salir a buscar fondos?

No solo eso: en las primeras etapas de la puesta en marcha, los recursos suelen ser escasos. Y tomar decisiones legales que apoyen el crecimiento son muy importantes. Esta decisión tendrá un impacto directo en la responsabilidad fiscal, la viabilidad para recibir fondos y otros aspectos en el futuro.

La primera y más relevante es la decisión sobre en qué forma legal operar tu negocio.

En el caso de Argentina, puede ser una Sociedad por Acciones Simplificadas (SAS), Sociedad Anónima (SA), Sociedad de Responsabilidad Limitada (SRL), o una Sociedad Anónima Unipersonal (SAU). El cuadro a continuación resume algunas de sus características:

Si querés recibir inversiones locales, una sugerencia rápida sería armar una estructura que pueda recibir los fondos para usarlos cuantos antes.

Sin embargo, si la idea es recibir inversiones extranjeras, la estructura se vuelve un poco más compleja, y es muy probable que el inversor pida una sociedad en el exterior para viabilizar su inversión.

Hay miles de jurisdicciones, cada una con distintos beneficios según el rubro y el país donde se realice la actividad principal (Irlanda, Holanda, Bermuda, Cayman, Delaware, etc.)

Las de Delaware suelen ser las más populares al crear una startup en el rubro tecnológico. Existen plataformas online que te gestionan la constitución de estas sociedades como Atlas Stripe, HBS.

Una vez que tenemos nuestra sociedad debidamente constituida, podemos empezar a recibir inversiones que debemos instrumentar de alguna manera. Para esto, los instrumentos más usados son los siguientes:

Vale la pena aclarar que el estado de nuestro proyecto es una de las variables para analizar cuál es la más conveniente. Por ejemplo, tomar deuda con una nota convertible en un estadío donde no hay facturación puede no ser la mejor opción; en cambio si ya estamos generando ingresos y necesitamos algo de dinero para escalar o resolver alguna problemática, podría ser un instrumento útil ya que devolviendo el dinero no cedemos participación de nuestra empresa.

Ahora respirá profundo, decantá toda la información y pensá fríamente si es el momento de dar este paso. Si tenés dudas, posiblemente no sea el momento.

¡Es clave asesorarse con abogados que tengan experiencia en el mundo emprendedor!

Recuerden que siempre pueden apoyarse en la comunidad emprendedora. Busquen personas afines que estén emprendiendo e intercambien experiencias y por qué no buscar ayuda de un mentor o mentora que los guíe cuando empiezan los miedos o las dudas.

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