Lo breve de la vida

Jonathan Martell
Jonathan Martell
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5 min readDec 12, 2022
Mi cuarto, residencia de estudiantes. Londres, enero 2018.

“Toda la vida es un experimento. Cuantos más experimentos hagas, mejor”.

Ralph Waldo Emerson, ensayista estadounidense.

Esta semana Chino — mi mejor amigo — me hizo caer en la cuenta que había pasado muchos años desde que tuvimos nuestras primeras enamoradas, casi al mismo tiempo.

Mientras manejaba, por Los Rosales en Surco, vimos aquella casa que fue testigo de tantas ilusiones y aventuras. Realmente no creíamos cómo el tiempo había pasado tan rápido. Sucedió en un abrir y cerrar de ojos. Mi amigo, recordó escenas que le generaron un sinfín de sensaciones positivas y de detalles que yo nunca había conocido.

Luego de suspirar varias veces, reflexioné sobre lo sucedido en las últimas semanas y meses. Sobre mi vida en general.

Pienso que lo vivo bien, sin el famoso ‘qué hubiera pasado si’. Sin restricciones, haciendo lo que creo que es lo correcto, sin quedarme con las ganas, sin que quede todo en la imaginación.

¿Por qué quedarse con las ganas o la curiosidad? No tiene sentido. Uno debe hacer lo que dicta el corazón, las energías, los sueños. Pero claro, siempre tomando decisiones sin hacerle mal al resto y respetando a los demás. Si me hace bien, y también a los demás, perfecto.

¿Siempre sale bien? Para nada. Y me ha costado caro. No es fácil siempre hacer o decir lo que uno cree que es correcto o lo que diga el corazón. Me he equivocado miles de veces. Diría que me he equivocado en cada aspecto de la vida. Con la familia, alguna ex enamorada (¿o todas?), amigos, en el trabajo, en los estudios, siendo profesor, siendo consultor, creando negocios o en situaciones donde — por dejarme llevar por los instintos — llegué a incomodar a otra persona sin saberlo.

Me he tenido que disculpar miles de veces. Desde el Gerente de Recursos Humanos de una de las más grandes empresas en el Perú, hasta con una chica que vivía al otro lado del mundo. En ambos casos, mi conducta no había sido la adecuada porque solo había pensado en mí. ¿Me arrepiento? Para nada. En algunos casos siento que fue lo mejor, en otros, sí me hubiera gustado cambiar la situación. Pero realmente, cada experiencia suma para tomar mejores decisiones a futuro.

Si no lo hubiera hecho, ¿cómo hubiera aprendido? Para ser sincero, a pesar de recibir consejos, siempre he hecho lo que me ha dado la gana. Si yo sentía que era lo correcto pues lo hacía, a pesar que todo el mundo me dijera que no era el camino, que estaba loco o que solo esperara más.

Siempre ha sido así y siento tranquilidad por hacerlo de esa manera. En los casos donde sí afecté a otra persona, he tomado nota para no volver a repetirlo. En los casos donde ha funcionado, me ha dado la confianza de seguir por ese rumbo.

Vivir así pienso que es genial porque te genera un mundo de posibilidades. Pero repito, no es fácil, tiene muchas experiencias positivas pero también experiencias de caídas, lamentos, lágrimas pero que luego generan mucho aprendizaje. Si uno está dispuesto a soportar las caídas, entonces es genial.

Lo que me lleva a pensar si en estos últimos meses lo he vivido de esa manera. Pienso que sí pero también, algo dentro de mí, siento que algo falta. Hay algo que aún no tengo claro pero que de alguna manera se siente, se percibe y que generea que me cuestione todo, mi día a día.

¿Te ha pasado? esa sensación de algo más allá de lo racional, que solo se siente, se manifiesta en todo tu cuerpo. Que cuesta comunicar a través de palabras.

¿Qué es? No estoy seguro. Soy bastante analítico con estos temas pero en este caso no estoy tan seguro. En general en mi vida me siento tranquilo y feliz. En el trabajo, la familia, las amistades, los nuevos desafíos que se vienen y las nuevas personas que voy conociendo. En el Diseño, estoy encontrando una comunidad de personas que, realmente, me llenan el alma.

¿Entonces? Quizás está en conexión con mi plan de vida: el viajar por el mundo teniendo muchas experiencias. Mis últimos viajes fueron a Buenos Aires y Cusco pero fueron hace ya más de 4 meses. Viajes que me llenaron de energía. Siento que quizás por ahí va el tema y es el tener un cambio de contexto.

Cada vez que le cuento a Puff — mi gran amiga de la maestría y una de las personas más increíbles que he conocido — que algo me falta, que a veces siento que no encajo y que debo cambiar de lugar, me dice que la respuesta siempre está en mí. En nadie y nada más.

Siento que tiene razón, finalmente todo parte de la perspectiva con la que miremos todo lo que ocurre a nuestro alrededor. Pero también siento que cambiar de contexto, de lugar, ayuda a recibir otros estímulos y por lo tanto a generar nuevas sensaciones.

¿Será que necesito eso? No lo sé pero pienso averiguarlo. El próximo año deberá ser más radical que este, el cual me ha dado un sinfín de nuevos aprendizajes, del cual hablaré en el artículo de cierre de año.

Por ahora, me queda planear lo que se viene. ¿Lo demás? Pienso que por su propio peso llegará. Por ejemplo, si alguien se suma a mis planes, si conozco otras personas o si alguien me hace cambiar de opinión y termine por un camino desconocido.

Lo importante, y es algo que Shirley me hizo dar cuenta sin que ella lo supiera, es que tener la opción de elegir es algo mágico, es la razón suficiente para estar tranquilos. Y pienso que todas las personas tenemos ese poder de elegir, así pensemos que no es así o que es el privilegio de solo algunos.

Elijamos, tomemos acción, equivoquémonos, pidamos disculpas, volvámonos a equivocar, riamos, lloremos, enamorémonos y vivamos la vida que creemos que es la mejor. ¿No sucede según lo planeado? Volvamos a elegir y a tomar acción. No paremos, que realmente la vida pasa en un segundo.

PD: Al contarle a Claudia sobre esta historia, me dice que lo que realmente me falta es una chica. Que me falta vivir la experiencia de convivir con alguien pero ya comprometido. Me sacó una carcajada pero ¿realmente será eso?

“La vida es larga. Pero va rápido”.

Roger Waters, músico inglés.

¡Que tengas un buen día!

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