Pocas cosas provocan más felicidad que guardar un poco de champagne o las burbujas con las que se abre una comida reservado para el postre.
Antes de haber probado si quiera el vino hubo un evento muy tonto que realmente cambió mi vida. En una columna de periódico leí a alguien abogando por el uso del masculino en champagne porque se trata de un vino y en tanto tal la Champagne podía ser la región pero el vino era, sin dudas, el…