Viendo la claridad

Jonathan Martell
Jonathan Martell
Published in
4 min readOct 23, 2023
Bangkok, Tailandia. Febrero 2023.
Escucha aquí la historia.

“El alma libre es rara, pero la identificas cuando la ves; básicamente porque te sientes a gusto, muy a gusto, cuando estás con ellas o cerca de ellas”.

Charles Bukowski, poeta y novelista estadounidense.

I can see clearly now the rain is gone

I can see all obstacles in my way

Gone are the dark clouds that had me blind

It’s gonna be a bright (bright)

Bright (bright) sunshiny day

It’s gonna be a bright (bright)

Bright (bright) sunshiny day

Oh, yes I can make it now the pain is gone

All of the bad feelings have disappeared

Here is that rainbow I’ve been praying for

Canción escrita por el cantante y compositor estadounidense Johnny Nash.

¿Has reflexionado alguna vez sobre esta canción? ¿Te ha hecho sentir algo?

Puede ser que estés atravesando un momento realmente difícil en tu vida. Uno de esos momentos en los que llorar parece ser la única respuesta. O tal vez no sientas la necesidad de derramar lágrimas. Te sientes abrumada por todas las cosas que te rodean, y el apoyo que recibes no es suficiente, o simplemente no te sientes comprendida.

Seguro te estás preguntando cómo salir de esta situación. Quizás crees que la única solución es que el problema desaparezca, pero sabes que eso no será fácil. Te sientes abrumada por la incertidumbre, sin saber qué hacer ni cuándo terminará todo.

Te sumerges en tus pensamientos, y quizás evitas buscar el consuelo de otras personas. O, si lo haces, sientes que estás perturbando la paz de los demás. Intentas encontrar respuestas en tu teléfono, en Google, pero no las encuentras. Miras al techo, y una sensación de mareo te abruma hasta que finalmente caes dormida.

En tus sueños, todo parece estar bien de nuevo. Sientes una oleada de felicidad que recorre tu cuerpo mientras exploras tu entorno. Todo parece tan real. Pero de repente, despiertas abruptamente. Por unos breves segundos, sientes felicidad, pero tan pronto como te das cuenta de que ha sido un sueño, pierdes esa sensación de tranquilidad.

El agobio, la tristeza y la incertidumbre vuelven a tu vida. ¿Te identificas con esto?

Pero aquí está la buena noticia: tarde o temprano, saldrás de ese laberinto aparentemente interminable.

Aunque a menudo es necesario buscar terapia para ayudarnos a manejar nuestras emociones, es igualmente importante tener una filosofía de vida que nos sostenga en los momentos más difíciles.

He pasado por momentos similares. Recuerdo haber perdido completamente el control en discusiones con una novia hace más de diez años, y eso se repitió en diferentes ocasiones a lo largo de los años. Sin embargo, el Jonathan de hace diez años era muy diferente al Jonathan de hoy. Los gritos y la ira son diferentes; ahora, me domina una calma que me asegura que todo estará bien.

Incluso en peleas de hace un año, donde lo pasé realmente mal, sabía que sería una experiencia de aprendizaje y que, de alguna manera misteriosa, tenía que atravesarla para construir un futuro mejor. Esta sensación está más allá de la lógica.

Puede parecer extraño, pero comencé a encontrar tranquilidad mientras me sentía mal. Una amiga me aconsejó que superara esos momentos y siguiera adelante, pero yo le pedí que respetara mi proceso, porque quería sentirme mal. Necesitaba tocar fondo para disfrutar de los mejores momentos. Nunca antes había sentido esto.

Ahora, cuando enfrento situaciones similares, sé que, en el peor de los casos, puedo sentirme mentalmente no lúcido durante un par de semanas o tal vez una, pero no más que eso. Sé lo que soy capaz de soportar y cómo enfrentar los problemas que se presenten en mi camino.

Este proceso no ha sido fácil. Involucró mucha lectura teórica, semanas sin hablar con nadie, y una serie de errores. Sin embargo, todo ha contribuido a encontrar la tranquilidad en mi vida. Aún sigo en ese proceso, buscando personas que compartan sus experiencias y de las cuales pueda aprender para aplicar esos conocimientos a mi propia vida.

También he descubierto que exponerme a nuevos entornos durante varias semanas o meses me ayuda enormemente. Esto me ha llevado a diseñar mi vida de tal manera que puedo viajar a cualquier lugar en cualquier momento.

Siento que el aspecto que comparten las personas que superan problemas y mantienen la tranquilidad no es que no tengan problemas, sino en cómo enfrentan esos problemas. Y ese es un aspecto que sí podemos controlar. Recuerdo a Fer, que fue prácticamente mi primer jefe, diciéndome que tener paz está en mi poder, o a Puff, una amiga de la maestría, que me enseñó que todo está en mi interior y no en algo externo. ¿Recuerdas la tricotomía del control?

¿A ti qué te funciona? Recuerda que cada persona es única y lo que funciona para unos puede no funcionar para otros. Pero vale la pena explorar y encontrar tu propio enfoque, uno que se adapte a tu vida y puedas controlar o entender tus emociones con mayor claridad. Nadie es perfecto, y los errores son parte de ser humano. Pero, ¿no sería genial aumentar nuestras posibilidades de encontrar tranquilidad?

¿Un posible camino? Además de la filosofía de vida, es conocer cómo controlar nuestras emociones a través del concepto granularidad emocional. ¿Lo conoces? Pronto lo exploraremos.

PD: A veces hay otras formas de lidiar con las emociones que no hemos intentado antes. Hace poco me mostraron un nuevo camino que podría ser la respuesta que tanto he estado buscando. Pero eso ya será un artículo para otro día.

“Todos los seres vivos son osciladores. Vibramos como amebas o humanos, palpitamos, nos movemos rítmicamente, cambiamos rítmicamente, marcamos el tiempo”.

Úrsula K. Le Guin, autora norteamericana.

Publico nuevas historias, todos los miércoles y domingos. Léelas aquí.

¡Que tengas un buen día!

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