Las obras ganadoras del mes de enero

Quiasmo
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9 min readFeb 14, 2017

Una vez más, nos complace decir que el nivel de los escritores de Quiasmo es sobresaliente. Durante el mes de enero, hemos publicado 17 obras, superando por dos las publicaciones de diciembre. ¡Y qué tarea difícil es elegir al mejor entre tantos buenos relatos! Agradecemos a los autores que siguen participando con nosotros, y sobre todo a aquellos que se han vuelto asiduos a la causa. El aporte de Zurdo Mendieta es impresionante como así también la acogida que siempre reciben sus obras. Patricia Rivas Lis y Leonardo están constantemente en nuestros “submissions” y eso lo valoramos. Saludamos a los nuevos que aparecieron desde comienzos de febrero como Jerónimo Calace Montú, Marco Salbazo, Perseo y Fabián Molina Bermúdez. Esperamos verlos seguidos por este sitio.

Ha sido realmente difícil escoger a los ganadores, y siendo dos los críticos la misión no es menos complicada. Nuestro Microrrelato favorito fue Pelos de Patricia Rivas Lis, y nuestro cuento favorito fue El hada del silencio de Manuel Omar Mejía, con una mención especial a Anthony y la soledad de Blacho Diaz. La obra con mayor cantidad de recomendaciones fue Sepultar a un amigo (16) de Zurdo Mendieta. ¡Felicitaciones a todos!

A continuación, Martín Tacón comenta los Microrrelatos, y z666 se hace cargo de los Cuentos.

Categoría Microrrelato

Correr y bajar de Manuel Omar Mejía (3 recomendaciones)

De la vida a la muerte, del cielo al infierno. La idea de este relato es interesante, aunque yo personalmente le echo en falto un poco más de acierto al tema. Hubiera querido saber si lo de “lujurioso, goloso, vividor y ladrón” tenía algo que ver directamente con la Universidad, o cómo estas dos cosas están relacionadas en su vida. Más allá de estos apuntes concretos, entiendo el costado humorístico del relato y le doy un punto a su favor por eso.

Pionero de Leonardo (4 recomendaciones)

Leonardo tiene esta forma tan particular de escribir… Su futurismo, narrado con precisión de bisturí, nos lleva siempre hasta el límite. Pionero nos cuenta la microhistoria de un “pacificador”. Se hace llamar empresario o superhéroe. Su misión: rescatar las almas en pena que viven en la Tierra. En este relato, la vida es la muerte, y la muerte es la vida (¡un perfecto quiasmo!). El final nos deja ver que un mundo sin humanos es un lugar mejor.

Una furtiva lágrima, un solo instante de Zurdo Mendieta (11 recomendaciones)

Blacho Diaz y María Ripoll Cera usaron dos calificativos que para mí definen muy bien este relato: conmovedor y demoledor. Esta breve narración condensa tanta angustia que solamente le queda explotar a llorar (no en vano la imagen de cabecera que acompaña el texto muestra la lluvia a través de una ventana). El primer párrafo es un preludio fantástico, porque nos da la premisa de la esencia del relato. Tal vez tenga razón Fabián Molina Bermúdez y el italiano le salió de la agonía. Sabido es que la música está relacionada con la memoria, y algunas melodías están hechas para despertar o transmitir determinados sentimientos. El sentido circular y simbólico del final cierra el relato a la perfección.

Pelos de Patricia Rivas Lis (4 recomendaciones)

No puedo evitar decirlo: me encanta este relato. Es simple y está perfectamente ejecutado. El relato se enrolla como un pelo al que hay que sacar. Nuestra protagonista se queja de que ella no es capaz de leer libros con atención porque no tiene paciencia, sin embargo sí tiene paciencia para sacar ese pelo que se esconde enrollado bajo la piel. Después de todo, con tiempo y perseverancia, se puede llegar hasta el fondo de las cosas. Es mi favorito del mes porque a través de un argumento simple — pero eficaz e inteligente— nos demuestra cómo las situaciones de apariencia cotidianas pueden esconder mensajes significativos.

Categoría cuento

El Jefe de Blacho Diaz (4 recomendaciones)

Un relato con un ritmo muy vivo. La descripción de lo que presuntamente ocurrió en el banco está muy bien lograda, sobre todo el cómo esa suposición se le va haciendo al lector cada vez más real, hasta que por fin te terminas creyendo que efectivamente fue lo que sucedió. El resto del relato, la narración en 3ª persona, tiene también un gran nivel y no desluce lo principal de la obra, que son los pensamientos del protagonista. Solo le veo un defecto al relato: el final. No acabo de encontrarle la importancia que el autor le ha dado a que el protagonista sea o el apoden “el jefe”. Le concede el título y la última línea, nada menos, a esa variable. ¿Por qué es tan relevante ese aspecto del protagonista para el relato?

Ante el Gobierno de Leonardo(4 recomendaciones)

Me ha recordado a Paranoia, el juego de rol, y a otras tantas distopías que conocemos por el cine o la literatura. Quede claro que esta comparación es positiva, no en menoscabo del relato. El relato es un buen reflejo del estado de alienación total del ciudadano modelo de ese gobierno deshumanizado e imposible de derrocar que se dibuja como fondo del relato, bien encarnado en el extraño trámite burocrático que se nos narra. Me ha gustado también ese momento en el que se menciona al gobierno como sujeto de una acción no propia de un ente abstracto “el gobierno sonríe mostrando sus dientes amarillos”. Buena frase. Y no quiero dejar de mencionar el hecho de que sea un relato escrito en segunda persona. Gran trabajo.

Ojo de Davichin (4 recomendaciones)

Un relato que consigue crear de manera muy efectiva y con imágenes potentes una atmósfera de tensión y (casi) terror. El aspecto descriptivo lo cumple con creces, le faltó equilibrar mejor el aspecto emocional, básico en un relato narrado en primera persona. El narrador nos da todo tipo de detalles sobre lo que ve, pero no tanto sobre lo que siente al ver eso, sobre lo que significa para él, sobre por qué nos está narrando eso. No vale que sea únicamente “porque es lo que está viendo”.

Solo en el párrafo final nos adentramos en lo que siente el narrador, un poco tarde. Me parece un defecto a corregir porque el relato no puede consistir solo en una descripción bien realizada, debe portar una carga emocional que toque al lector, que lo prepare. Sería así, por ejemplo, si el narrador nos dijeses (desde el inicio) que está describiendo a su familia. Ok, podemos empatizar con eso. Pero no es así, describe a unos desconocidos con los que no tiene apego. Me ha faltado eso.

El hada del silencio de Manuel Omar Mejía (6 recomendaciones)

Uno de mis favoritos de este mes.

La voz del niño, en forma de diálogo, lleva el peso de la historia, y está muy bien conseguida. Aparte de este mérito, el argumento se desgrana con sutileza, como fuera de foco, y vamos poco a poco entendiendo lo que ni el narrador principal, el niño, entiende. Y digo “narrador principal” porque el verdadero protagonista parece el padre, que es con quien empatizamos realmente, como si el niño fuese una especie de pequeño narrador en tercera.

Me pregunto si se podría contar la historia igual de bien solo con dialogo y las acotaciones, sin los párrafos extra. Así sería todavía más redonda en su planteamiento.

Anthony y la soledad de Blacho Diaz (8 recomendaciones)

Otro grandísimo relato. Qué difícil va a ser elegir este mes la mejor obra.

Me gusta especialmente cómo el autor va introduciendo elementos poco a poco en la historia para irlos utilizando luego en su preciso momento, para llamarlos a su lugar y darle nuevas relaciones en el pensamiento del narrador, como la imagen de la muerte o los juegos entre los dos amigos.

Además, está genialmente escrito, con mucha delicadeza y sensibilidad. El hilo de los pensamientos no está nada forzado, partimos de la tristeza y nos ahogamos en sus aguas alcanzando a cada frase mayor profundidad (con información nueva, creada sobre todo, como señalé antes, a base de nuevas asociaciones de conceptos ya expuestos en el relato). Un relato muy profesional.

Una noticia que no llega de Andrés Rebagliati (4 recomendaciones)

Lo más destacado de este relato (y no quiero decir que lo demás no lo sea) es el trabajo de creación del personaje de Leonardo. El lector en seguida conecta con él, lo cual es muy necesario para poder vivir el final como es debido. También ayuda mucho el tono del relato, entre divertido y melancólico (me recuerda en eso a “La promesa”, de Patricia, premiado el mes pasado), casi fantástico, porque no hay que juzgar este relato desde el realismo puro, sino desde las emociones que evoca. Buen trabajo.

Sepultar a un amigo de Zurdo Mendieta (16 recomendaciones)

Un relato interesante, donde el protagonista no es ni el perro, ni el narrador (es prácticamente narrador testigo) ni tampoco Manuel totalmente. El protagonista de este cuadro es el marco (uno ya va tomando conciencia de ello al ver la imagen de cabecera que escogió el autor).

La vida misma es el personaje principal. La muerte del perro es excusa para armar el relato a su alrededor, pudo haber contado cualquier cosa y habría sido igualmente satisfactorio, porque no se trata del perro ni del dolor que pueda haber causado su pérdida, se trata de ver por unos segundos cómo actúan los seres humanos, y eso el relato lo deja muy claro sin estridencias ni artificios. Queda a juicio del lector juzgar quien merece más simpatía, si nosotros o el perro.

Mención aparte al record de recomendaciones (16) que tiene este relato.

Movimiento de Patricio Nuñez Fernandez (3 recomendaciones)

Me descompuso un poco la aparición de la chica. Parece que siempre deba haber un amor frustrada de por medio en cualquier historia. Me distrajo un poco de lo importante: la relación del protagonista con la música. Me ha parecido un buen relato, muy bien escrito, sin embargo para mi gusto reduciría el papel de la chica en el elenco de actores. Es cierto que tiene un sentido: ella podía haber sido su movimiento. Lo malo es que en cuanto se enamoran, prácticamente en el mismo párrafo ya eres consciente de que todo va a quedar en nada. Entonces, ¿por qué arrastrar ese peso muerto hasta el mismo final? Un buen relato de todas maneras. Por añadir algo más, solo decir que disfruté la primera mitad por encima de la segunda.

Caramelos y peces de Patricia Rivas Lis (8 recomendaciones)

Un relato tierno y duro a la vez, como explicarle a un niño algo que sabes que no le va a gustar.

Patricia sabe alejarse de la crítica fácil y presentarnos un relato que refleja las terribles circunstancias que han de vivir muchísimas mujeres, y lo hace con elegancia, sin caer en la tópica denuncia social. Ella denuncia desde el corazón del personaje, desde dentro del relato, como debe hacerse. Por eso el final del relato es irónico, porque la vida también lo es. No hay soluciones sencillas, solo queda llevar a cuestas uno tras otro los días de la semana.

El último presidente de Leonardo (0 recomendaciones)

El relato parece mostrarnos un hipotético triunfo de Hillary en las últimas elecciones americanas, pero en una américa futurista. Por desgracia estuve más tiempo intentando entender el relato (todavía no comprendo el final) que disfrutando de su lectura.

La esquina es mi corazón de Zurdo Mendieta (4 recomendaciones)

Apabullante repertorio de referencias fílmicas el de este relato. Una historia que hay que leer entre líneas, usando más la imaginación que los fríos datos que aporta la historia. El autor te da las cartas y tú creas tu propia aventura: ¿quién era realmente Lucía Aviñez? La verdad es que yo me perdí un poco entre tanta película.

La mirada de Patricia Rivas Lis (5 recomendaciones)

Como siempre, los relatos de Patricia Rivas Lis no defraudan. Hubo un momento en que flaqueé y pensé que el relato se iba a diluir en la tópica relación marido-mujer, quedándose en una reflexión con moralina y poco más (soy muy dado a aventurarme con hipótesis antes de terminar los relatos), pero no fue así, Patricia hizo magia al final y el relato se reveló como una inteligente trama que aborda las complejidades de la mente humana desde situaciones aparentemente rutinarias.

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